Benito Churriguera
A pesar de no ser el que introdujo esta modalidad en la Nueva España, autores como Manuel González Galván y Martha Fernández consideran su trabajo como influencia para los retablos que más tarde se realizarían en Nueva España.
A pesar de no ser el que introdujo esta modalidad en la Nueva España, autores como Manuel González Galván y Martha Fernández consideran su trabajo como influencia para los retablos que más tarde se realizarían en Nueva España.
Nació en Madrid en 1665, hijo de José Simón de
Churriguera, ensamblador y retablista oriundo de Barcelona, establecido en Madrid donde contrajo matrimonio con
María de Ocaña.
Se formó en el taller de su padre, y
a la muerte de éste en 1679, en el de José Ratés, abuelo adoptivo. En 1690, el rey Carlos II lo designó como
uno de los arquitectos de la corte, si bien no recibió salario hasta 1696. En
1702 el rey Felipe V nombró arquitecto
jefe a Teodoro Ardemans, y poco
tiempo después, Churriguera fue acusado de insubordinación y presunción,
perdiendo el patrocinio real.
Una de las primeras obras que le
hicieron famoso fue el retablo de la capilla del Sagrario en la Catedral de Segovia,
construido en 1689, que le valió, en 1690, la designación como arquitecto de la
catedral.
Con el retablo de la iglesia del convento de San
Esteban, en Salamanca, de 1692 la obra del artista se
consolidó, generando admiración y también críticas.
Si bien Churriguera permaneció el
resto de su vida residiendo y trabajando principalmente en la región madrileña, el puesto en Salamanca permitió la obtención de
otros muchos encargos para sus hermanos y al menos para uno de sus hijos.
Una de las obras artísticas que
también le valió la atención pública fue el catafalco para la primera esposa de
Carlos II, María Luisa de Orleans,
fallecida en 1689, que fue erigido temporalmente en la Iglesia de la
Encarnación de Madrid.
A principios del siglo XVIII
(1709-1713), fue uno de los primeros arquitectos en proyectar completa una
población en la península: la localidad de Nuevo Baztán por encargo de Juan de Goyeneche y Gastón, para alojamiento de los obreros de
la fábrica de vidrios que éste fundó en el lugar.
Al fallecimiento del artista, en
1725, su hermano Alberto completó el Palacio de
Goyeneche.
El sentido teatral y ornamentado de
sus obras fue criticado por los puristas, pero se convirtió en un estilo
popular, y se difundió por España, México y otras capitales latinoamericanas.
Tuvo dos hijos también arquitectos, Nicolás y Jerónimo
Churriguera.
José Nenito Churriguera. Retablo de la Iglesia de Calatravas. Segunda década del siglo XVIII |
Jerónimo de Balbás
Fue el introductor del estípite
en Nueva España cuando realizo el retablo de los Reyes de la Catedral Metropolitana
de la Ciudad de México., fue un arquitecto y escultor español que falleció en
1748, introductor de uno de los elementos más característicos del barroco mexicano: el estípite.
Se
sabe poco de sus inicios, aunque se cree que nació en Zamora (Castilla y León) durante el segundo tercio del siglo XVII y que se formó con José de Churriguera. Es un
artista muy avanzado en las formas escenográficas, tal y como muestran las
complejas estructuras de sus retablos.
A
principios del Siglo XVIII se trasladó a Madrid y más tarde a Sevilla, donde realizó el suntuoso retablo del Sagrario de la Catedral hispalense,
llamado Furibunda Fantasía, destruido por el cabildo en 1824,[ ]del cual sólo se salvó de la destrucción
la escultura de San Clemente que remata el
retablo principal.[1] En 1715 realizó
el diseño de la sillería de la iglesia de Iglesia de San
Juan Bautista en Marchena. también se le atribuye la
autoría del retablo de la Capilla Sacramental de la Iglesia de San Isidoro de
Sevilla a expensas de la Hermandad de las tres caídas allí radicada, realizado en 1702.
Posteriormente
viajó a la Nueva España México y en 1718 comenzó a trabajar en su obra cumbre, el Retablo de los Reyes de la
Catedral
Metropolitana de la Ciudad de México. La complejidad de esta pieza
tiene su origen en su adecuación a la planta de la capilla. Verticalmente se
divide en tres calles separadas por estípites; en la central se disponen dos
lienzos de Juan Rodríguez Juárez (la
Adoración de los Reyes y la Asunción) y en las laterales se abren varias hornacinas. Como remate de todo el conjunto, Balbás diseñó una
media bóveda.
También
fue autor del desaparecido retablo de la capilla de la Orden Tercera del convento de San Francisco de la Ciudad de México en 1732 y en
la Catedral
Metropolitana de la Ciudad de México terminó en 1736 el altar mayor
o Ciprés -destruido a mediados del siglo XIX- y el altar del perdón -destruido
en un incendio el 17 de enero de 1967- En la misma ciudad dirigió la
construcción del Templo de San Fernando
hasta su muerte en 1748.
Jerónimo de Balbás. Retablo de los Reyes. Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. 1718 |
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